Esta Brigada fue un reto para las experimentadas y experimentados buscadores. Además de enfrentarse con las inclemencias del tiempo y condiciones adversas en un terreno que casi siempre reverdece, el mayor descubrimiento de la Brigada fueron las “cocinas”: una práctica perfeccionada de la desaparición humana, realizada sistemáticamente y bajo el silencio y contubernio de las instituciones de Seguridad Pública de Veracruz y México.
Más de nueve años han tenido que pasar para que se hable en el norte de Veracruz de lo que ocurrió con los desaparecidos. Aunque las “cocinas” reducen de golpe las esperanzas de hallar a sus seres queridos, las familiares del colectivo María Herrera permanecen en su búsqueda y luchan para detener este tipo de actividades y proteger a las familiares del dolor por la incertidumbre de no saber dónde está el ser amado.
Durante casi dos semanas acompañamos a la Quinta Brigada establecida en el norte veracruzano para componer esta historia coral con el objetivo de visibilizar la problemática de las desapariciones en esta región de México, compartir el sentir de quienes rastrean para llamar la empatía de la ciudadanía y servir de espacio de memoria para quienes buscan y son buscados.
Porque aunque se borren las huellas, las historias permanecen.
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